Cómo equilibrar lo espiritual y lo material para vivir en armonía y mejorar tus relaciones

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✨ Reflexión: Entre lo superficial y lo profundo

Vivimos en un mundo que constantemente nos empuja a elegir entre dos polos: lo superficial o lo profundo, lo material o lo espiritual, la imagen o el contenido, el cuerpo o el alma. Desde muy pequeños, nos enseñan a “ser profundos”, a despreciar lo banal, a ver como inferiores a quienes disfrutan de lo estético, lo externo o lo placentero. Al mismo tiempo, nuestra sociedad premia lo visual, lo inmediato, lo “vendible”, lo atractivo.

Esto crea una ruptura interna: muchos buscan la espiritualidad para huir del mundo material, mientras otros se sumergen en lo superficial para no enfrentar su mundo interior.

Pero… ¿y si te dijera que ambas partes son necesarias? ¿Qué lo profundo no tiene por qué estar peleado con lo bello? ¿Qué tu dimensión espiritual puede convivir con tu deseo de disfrutar de lo terrenal?

🌿 Lo espiritual no es evasión; es presencia

Cuando conectamos con nuestra parte más espiritual, entramos en un espacio de profundidad, silencio, introspección y expansión del alma. Es allí donde reconocemos nuestra esencia, donde sanamos las heridas, donde recordamos quiénes somos realmente.

Pero si no tenemos cuidado, esta conexión puede volverse una vía de escape. Una forma de desconectarnos del cuerpo, del deseo, de las relaciones humanas, de la vida misma. Muchos se aíslan en su búsqueda espiritual, sintiéndose superiores o más “evolucionados”, sin notar que están rechazando una parte esencial de su experiencia humana.

🌍 Lo superficial no es vacío; es anclaje

Del mismo modo, lo que llamamos “superficial” (la apariencia, lo social, lo cotidiano, incluso el dinero o el placer físico) tiene una función. Nos permite habitar el cuerpo, interactuar, gozar, crear, compartir, jugar. Todo eso también es sagrado.

Lo superficial puede ser una máscara, sí, pero también puede ser un puente. Cuando hay equilibrio interno, incluso lo más simple —un aroma, una prenda, una comida, una mirada— puede estar cargado de profundidad. Porque la verdadera espiritualidad no rechaza la materia: la ilumina.

🌗 El equilibrio entre la espiritualidad y lo material

Nos enseñaron cuando pequeños que lo material no es relevante, que la espiritualidad es alejarse de la materia, que debemos ser generosos, bondadosos y compasivos, que debemos conectar con Dios desde la profundidad.

Sin embargo, afuera conectamos con lo superficial cuando vemos nuestra sociedad plagada de publicidad: carteles y anuncios incentivando al consumismo de cosas que no necesitamos, alimentos que no nos nutren, relaciones que no nos llenan.

A pesar de todo, en algún momento de la vida todas estas etapas las experimentamos a su debido tiempo. Cada quien vive su momento sin juzgar ni señalar a nadie; todos somos humanos y todos experimentamos esas emociones a las que nos empuja nuestro ego en algún momento. Por tanto, no debemos sentir culpa por conectar con algunas “banalidades” solo porque nos dijeron que eso era malo.

Y si, por el contrario, me he sumergido tanto en la profundidad que ya me cuesta conectar con lo superficial… ¿debo rechazar lo que me hace humano, de carne y hueso, solo porque no es «esencial»? ¿Cuál sería entonces el propósito de vivir en la materia?

No se trata de ser radicales ni de rechazar todo lo superficial porque ya no conecto con eso. No se trata de aislarse ni de juzgar a las personas más inmaduras por no percibir la vida con la misma profundidad que nosotros. Se trata de aprender a encontrar ese equilibrio entre lo superficial y lo profundo.

Explorar dentro de nuestro ego la parte que conecta con lo superficial (es decir, aquello que a nuestro ego le gusta y que consideramos “frívolo”) y permitirnos descubrir qué de todo eso realmente disfrutamos desde el corazón, no para complacer a los demás, ni para encajar, ni para ser aceptados… sino porque a nosotros —a nuestro ser completo— también nos gusta.
El disfrute no tiene por qué ser para complacer al entorno. El verdadero disfrute nace de reconocer lo que genuinamente nos hace sentir bien y nos da placer sin culpa. Y cuando lo hacemos desde ahí, incluso podemos compartirlo con quienes queremos, sin máscaras ni juicios.

La clave está en preguntarnos: ¿Esto me gusta a mí? ¿O lo hago solo porque otros esperan que lo haga?
Y si la respuesta es honesta y nace del alma, entonces ese momento de disfrute es también espiritual, aunque parezca superficial.

El objetivo es poder conectar con nuestra espiritualidad sin rechazar lo superficial. Ambas cosas deben convivir en armonía dentro del individuo, sin despreciarse mutuamente, porque ambas son necesarias: somos seres espirituales viviendo una experiencia en el mundo material, y la materia es parte de nuestro aprendizaje y evolución.

La espiritualidad nos permite vivir en la materia de forma consciente: nos permite disfrutar de lo material sin perdernos en él. Nos evita caer en excesos, nos ancla a nuestro interior, a nuestra alma y a nuestro espíritu.

🤝 Cómo este equilibrio mejora nuestras relaciones

Cuando rechazamos lo superficial en nosotros o en los demás, creamos distancia, juicio, separación. Y cuando nos perdemos solo en lo externo, perdemos conexión, sentido y autenticidad.

En cambio, cuando vivimos integrando lo profundo y lo superficial, nos volvemos más completos. Más humanos. Más empáticos.

Podemos conectar con otros desde el alma, pero también desde la risa, el disfrute, la estética, el deseo. Podemos ver a las personas más allá de su imagen, sin despreciar su imagen. Podemos valorar la belleza sin volvernos esclavos de ella. Podemos hablar de espiritualidad sin sentirnos más que nadie.

Y lo más importante: podemos compartir aquello que disfrutamos auténticamente sin sentir culpa, sin necesidad de justificarlo ni usarlo para complacer a los demás.

Porque cuando elegimos desde el amor propio lo que queremos disfrutar, y lo compartimos con personas con las que vibramos en sintonía, no estamos siendo superficiales: estamos siendo coherentes con quienes somos, sin traicionarnos.

Te invitamos a descargar la guía gratuita «integrar lo espiritual y lo material en tu vida» para aprender a integrar lo superficial sin sentir culpa mientras disfruta plenamente de tus vínculos. Llena el formulario a continuación y recibirás por correo.

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Sobre el autor

Peña

CEO de Almas Cristales
Médico, amante de la psicología
Escritora de libros de crecimiento personal

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